
Arquitectura monolítica vs Microservicios, ¿cuál elegir para el desarrollo de software?
Los microservicios nos aportan un importante ahorro en costes y tiempo en nuestra empresa. La duda surge cuando no sabemos si migrar a este tipo de arquitectura tecnológica, o en caso de saberlo, no nos decidimos por el momento oportuno.
ÍNDICE
Ventajas y desventajas de los microservicios
Su aplicación en Microsoft Azure
¿Cuándo es conveniente utilizar una arquitectura de microservicios?
Antes de dar el paso, debemos saber en qué consiste este sistema y cuál es el significado de su concepto. Sobre todo, lo idóneo es que sepamos por qué tantas empresas han decidido empezar a trabajar con él.
Al contrario que la arquitectura monolítica, este se divide en varias aplicaciones independientes, cada una de ellas especializadas en funciones concretas. Pueden parecer estructuras similares, pero tienen una gran diferencia que se encuentra en la nube.
Ventajas y desventajas de los microservicios
Es una de las preguntas más importantes que no solemos hacer al sentirnos atraídos por la novedad de los microservicios. En esta materia hay que tener en cuenta las compensaciones, y si existen mayor número de ventajas que de inconvenientes en su aplicación.
Ventajas
Implementación: nos aporta mayor agilidad a la hora de implantar nuevas versiones de un servicio, ya que los ciclos de compilación, prueba e implementación son más cortos.
Confianza: cuando nos falle un microservicio solamente se verá afectado ese microservicio en concreto y sus consumidores. En el caso del modelo monolítico, un simple fallo en el servicio puede provocar una caída de todo el sistema.
Disponibilidad: cuando despleguemos una nueva versión de un microservicio nos requerirá poco tiempo de inactividad. En cambio, el servicio monolito necesita de mayor tiempo para reiniciarse.
Escalabilidad: cada microservicio podemos escalarlos de forma independiente, a través de grupos u otros accesos. Esto hace que sean muy compatibles con la flexibilidad de la nube.
Modificabilidad: nos aporta mayor flexibilidad a la hora de usar nuevos marcos, fuentes y todo tipo de recursos. En comparación con la arquitectura monolítica, son menos propensos a transformarse en bola de barro.
Administración: nos aportará una forma de trabajo en la que los equipos quedan divididos en pequeñas dimensiones y trabajan de forma independiente.
Autonomía y diseño: contaremos con total independencia para escoger las distintas tecnologías que creamos oportunas para cada microservicio.
Desventajas
Implementación: al contar con mayor número de unidades de implementación, los trabajos se volverán más complejos.
Rendimiento: mientras que en los servicios monolitos se beneficiaban de las llamadas locales, los microservicios se comunican a través de la red.
Modificabilidad: es muy probable que cuando realicemos cambios en el contrato, estos afecten a los diferentes consumidores repartidos. En el monolito, los clientes se encuentran dentro del sistema, por lo que los cambios suceden al mismo tiempo que en el servicio.
Probabilidad: las pruebas de integración nos resultan más difíciles de configurar y ejecutar. Esto es debido a que los microservicios se mueven en diferentes entornos de ejecución.
Administración: tendremos que dedicar mayor esfuerzo en estas aplicaciones, debido al aumento de componentes y tiempo de ejecución.
Uso de memoria: puede pasarnos con frecuencia que se repliquen varias clases y bibliotecas, y den lugar a un aumento de la memoria en general.
Autonomía en tiempo de ejecución: en los microservicios, al tener que interactuar con otros, hace que la autonomía disminuya. Aunque siempre podemos evitarlo realizando algunas técnicas. Algunas de estas técnicas pueden ser la consistencia eventual, el caché o la arquitectura dirigida por eventos.
Gracias a saber estas ventajas y desventajas, podemos identificar con más rigor si nos resulta compensado o no el aplicar este tipo de arquitectura en nuestra empresa.
Su aplicación en Microsoft Azure
Una vez que nos decidamos a instaurar este sistema, podemos implementarlo en algunas organizaciones. Su aplicación en Microsoft Azure, por ejemplo, nos puede aportar un gran número de beneficios. Algunas de las aplicaciones que nos aportará este sistema a nuestra empresa a través de Microsoft Azure son las siguientes:
- Crear y utilizar aplicaciones escalables y distribuidas, siempre disponibles y fáciles de desarrollar.
- Simplificar el desarrollo de los microservicios y la administración del ciclo de vida de nuestras aplicaciones.
- Escalar y organizar contenedores y recursos de confianza.
- Ejecutar cualquier cosa y en cualquier lugar, sin importar el tipo de sistema operativo o entorno local.
- Escalar a miles de máquinas.
Además, es una plataforma que nos permite cargas de trabajo con un alto rendimiento, a través de un sistema basado en datos con baja latencia.
¿Cuándo es conveniente utilizar una arquitectura de microservicios?
Ahora que sabemos que una de las mayores ventajas del sistema de microservicios es su ahorro en costes y tiempo, lo que nos toca decidir es cuándo utilizarlo. Todo viene propiciado por su subdivisión dentro del sistema, que da lugar a distintas partes más pequeñas y al uso de la nube.
Si tenemos esta arquitectura implantada, cada uno de los microservicios podría estar en un lenguaje diferente. Esto daría lugar al uso de profesionales expertos en cada tipo de aplicación. También podemos acudir a otras empresas especializadas en estos lenguajes, sin que sea perjudicial para el sistema.
Esta arquitectura no es algo que sirva para todo tipo de situaciones, siempre puede tener un desliz. Esto quiere decir que tenemos que tener muy claro si de verdad nos compensa o no su aplicación en nuestra empresa.
Para ello, lo tenemos tan fácil como respondernos a una serie de cuestiones. Son seis preguntas que suelen surgir en las diferentes experiencias de nuestros clientes en proyectos con esta infraestructura.
En primer lugar, lo que debemos tener claro es si de verdad damos servicios a un número elevado de usuarios. De ser así, lo siguiente es conocer si disponemos de la capacidad de un despliegue continuo o frecuente.
Una vez que tenemos claro que nos adaptamos a las dos primeras cuestiones, lo ideal es saber si podemos invertir en formación o en expertos. También, tenemos que tener en cuenta si nos merece la pena un sistema que nunca deje de dar servicio y tolera los fallos.
Un aspecto fundamental es querer o permitir que nuestras aplicaciones se lleven a la nube. También si necesitamos que sea un sistema escalado y dinámico.
En resumen, la pregunta principal es si nos merece la pena complicarnos nuestra arquitectura actual por otra de manera innecesaria. Si la respuesta es sí, instalaremos una arquitectura basada en microservicios. ¡A qué esperas para crecer con nuestros servicios de desarrollo web & cloud!
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