«El decreto de accesibilidad en webs y apps públicas es una buena noticia, ahora falta que funcione el organismo sancionador»
La accesibilidad web y aplicaciones móviles de organismos públicos está hoy en el punto de mira.
Acaba de entrar en vigor el Real decreto 1112/2018 por el que se adopta la legislación europea para su cumplimiento en el ámbito nacional, con la inclusión de las apps móviles, la figura de un experto en accesibilidad en los organismos y la aplicación de mecanismos claros para quejas y reclamaciones, como algunas de las principales novedades. La normativa busca garantizar la igualdad y no discriminación, especialmente personas con discapacidad y mayores, y afecta a empresas con financiación pública, proveedores de entes públicos y la totalidad de los organismos del Estado: Administración estatal, Administraciones regionales y locales, Tribunales y órganos constitucionales, servicios como hospitales, colegios…, etc.
«Es sin duda una buena noticia», apunta Juanjo Montiel, responsable de Accesibilidad de Pasiona. «Aumenta los criterios de accesibilidad exigidos, actualiza la normativa a la última versión de las directrices de la W3C, y obliga a organismos públicos o con financiación pública a hacer accesibles no solo sus portales web, sino también sus aplicaciones nativas», aplaude Montiel. Aparte de estos puntos clave del nuevo decreto, nuestro responsable de Accesibilidad hace hincapié en el hecho de facilitar el uso de mecanismos más claros y directos para presentar de quejas y reclamaciones. Resalta, además, la nueva figura que la normativa prevé: «cada organismo deberá contar con expertos en accesibilidad que revisen su cumplimiento».
Fuente de gráfico: Olga Carreras
Un gran paso adelante con el que se refuerza el derecho a la accesibilidad en los medios electrónicos, pero que no exime de seguir exigiendo ese acceso universal y de mantener el radar activo para que estas normativas sean una realidad, según advierte Juanjo Montiel. «Solo queda que el organismo encargado de sancionar los incumplimientos funcione de manera adecuada y contundente, y consiga que las empresas que quedan bajo la obligación de cumplir con este decreto lo hagan lo antes posible», sentencia.
La accesibilidad web es un asunto que mantiene en lucha constante al colectivo de personas con discapacidad. Más allá del ámbito público, la legislación española contempla requisitos de legal cumplimiento para el acceso web, y la vigilancia se ha intensificado durante los últimos años. El más reciente caso ha sido en el mes de julio, cuando Endesa fue sancionada por el Ministerio de Sanidad por web no accesible, con una multa de 30.000 euros. «La accesibilidad debe cumplirse, no solo como una cuestión de Responsabilidad Social Corporativa, sino como cumplimiento a una ley», afirma Montiel. «Falta mucho camino por recorrer, mucha concienciación, y desde mi punto de vista, una aplicación más rápida y contundente de las sanciones establecida».
Concienciación de desarrolladores y empresas
«Más allá de cumplir o no la ley, las empresas y los desarrolladores muchas veces no son conscientes de las barreras que generan, sin querer, al crear webs no accesibles», advierte Juanjo Montiel. «Acciones tan cotidianas como reservar un vuelo, en muchas ocasiones se convierte en misión imposible, ya que muchas líneas aéreas tienen webs totalmente inaccesibles».
En este contexto, nuestro responsable de Accesibilidad recuerda el infierno por el que tuvo que pasar con un viaje a Seattle: «Me cancelaron mi vuelo original, y me tocó, a última hora, buscar un vuelo por mi cuenta. Encontré uno, pero la web de la línea aérea no era accesible, y no era capaz de completar la reserva. Afortunadamente, encontré una web intermediaria para completar la compra, pero estuve a punto de quedarme sin plaza y no llegar a tiempo a Seattle», adonde viajaba para dar una conferencia.
La accesibilidad como materia transversal en formación
En este contexto, Juanjo defiende convertir la accesibilidad en un factor transversal a la formación informática «tanto en cursos de FP como en carreras universitarias, ya que proporcionaría a los alumnos las herramientas y el contexto para que la accesibilidad fuera asumida de base, y no como conceptos abstractos que tendrán que aprender, de rebote, cuando les toque aplicarlos por ley. Si ya conocen y asumen la importancia de la accesibilidad, la aplicarán igual que aplican buenas prácticas de arquitectura, testing, diseño y usabilidad», concluye.