¿Nos han querido meter un ‘gol’ con la inteligencia artificial?

Que España debería haber ganado el mundial no es algo que afirme yo, es algo que según El Mundo afirmaban más de 100.000 simulaciones hechas con ordenadores, mediante algoritmos de inteligencia artificial.

¿Y entonces? Yo no entiendo de fútbol, lo mío es el baloncesto, pero admito que una noticia como esta me sugiere mayor credibilidad que un pulpo o, como en este mundial, un lémur.

¿Nos han querido meter un ‘gol’ con la inteligencia artificial? Una primera conclusión podría ser que es un campo relativamente reciente, algo cierto; que necesita madurar, de nuevo correcto, pero no por todo ello, quizás sea la conclusión más acertada. ¿Qué trata de hacer la inteligencia artificial? Intentar reproducir, mediante algoritmos matemáticos, la forma de razonar de los humanos, ser capaz de sacar sus propias conclusiones. ¿Y si entonces las máquinas tratan de recrear un comportamiento humano, que es lo que hacen los humanos? Pues dicho rápido y mal, ¡cagarla, igual que las máquinas!

Hay un analista de fútbol que me gusta mucho, supongo que por su manera sencilla de exponer sus análisis, y no creo que me equivoque si digo que Áxel Torres de fútbol sabe, y mucho. Entonces, ¿por qué no nos dejamos de animales más o menos exóticos, y de “calculadoras” caras, y preguntamos a los que saben? Pues resulta que el bueno de Sr. Torres predijo que también ganaría España, con la ventaja adicional de haber hecho el vaticinio después de la fase de grupos.

Es evidente que ni los analistas más expertos ni la IA todavía saben predecir lo que le debió pasar por la cabeza al portero de España, ni tenían información sobre lo que Florentino Pérez andaba urdiendo a espaldas de la Federación, pero no por ello podemos menoscabar el valor y el potencial de la inteligencia artificial. Estando todavía en la en su “edad de piedra”, no hemos resuelto el problema de acertar de qué lado caerá una moneda, pero la capacidad de concentración, razonamiento y “fuerza” de  proceso de los cada vez más potentes algoritmos, nos abocan a una revolución inminente, a todas las escalas; Yo, al menos, eso si me atrevo a predecirlo.