Agilidad Empresarial – Transformación Agile

Dado que Agile, es en general aplicado en equipos de diversa índole, muchas veces nos preguntan cómo se puede aplicar a nivel más empresarial. Al ser Agile, una manera de trabajar, aparentemente, menos prescriptiva que otras metodologías o frameworks más complejos, podría parecer que está orientado a equipos que se autogestionan y buscan entregar el máximo valor posible de acuerdo con los requisitos de negocio, simplificando así el proceso de creación de un producto o desarrollo de una iniciativa cualquiera.

Todo esto es cierto en parte, pero una transformación Agile no se centra solo en los equipos, que es donde se suele poner el foco primero, a nuestra opinión, de forma errónea. Cualquier transformación Agile, justamente, para tratarse así, debe ser global y aplicar a toda la empresa. Es la única manera de que esta se pueda adaptar a las necesidades del mercado o contexto, y como estamos viendo, esto es cada vez más común, con variables que continuamente nos está afectando (pandemias, crisis, guerras, etc.). Por ello, vamos a repasar rápidamente las claves para esta transformación.

Claves de la Transformación Agile

Podríamos enumerar varias claves para que una empresa decida dar el salto de manera orgánica a Agile. Pero la primera y principal, a nuestro parecer, debe ser el sentido de supervivencia. Cualquier empresa, por muy bien que esté posicionada, y que sus ventas vayan a toda vela, la situación no va a perdurar siempre en el tiempo. Como la historia nos ha enseñado, todo imperio cae. Solo hay que viajar a unos 20 años atrás, y muchas de las principales empresas que entonces estaban arriba del todo, ahora tienen una presencia residual o incluso han desaparecido… ¿O quién no se acuerda de Blockbuster, Compaq o Nokia? Eran gigantes en su día, con cientos de millones de dólares en facturación, pero diversos motivos las llevaron a la desaparición o pérdida de estatus. Por lo tanto, la estrategia a largo plazo debe estar basada en el análisis continuo del mercado, contexto, entorno y cualquier otra variable importante. Y a partir de las conclusiones extraídas, ver qué productos o iniciativas siguen en marcha, se descartan o arrancan. Esto lo llamamos agilidad estratégica y el resultado o herramienta de esta estrategia se deposita en el portfolio, donde se especifican las iniciativas a alto nivel y sus prioridades.

Por tanto, para impulsar esta estrategia, necesitamos managers implicados y capacitados, y que sobre todo tengan en cuenta que nos encontramos en la sociedad del conocimiento y ahora, más que nunca, deben entender que el valor de las empresas está en las personas que las conforman. Estos managers ya no solo gestionan “recursos”, aludiendo a la expresión de la era de la revolución industrial, deben gestionar personas, y estas personas basan su capacidad de producción y rendimiento, en su bienestar y motivación, y en este punto, la empresa, y, por ende, sus líderes, tienen mucho que decir. Debemos olvidar el management tradicional si realmente queremos realizar la transformación Agile, es decir, pasar del “orden y mando” al “empoderamiento y delegación”. En este sentido, recomendamos el siguiente vídeo: David Marquet – Grandeza. Por tanto, en este nuevo paradigma, debemos capacitar a los managers, no solo en el punto clave anterior, agilidad estratégica, sino en la gestión y liderazgo de sus colaboradores, lo que conforma otra clave, Mindset Agile (mentalidad ágil). Este concepto, evidentemente, que es mucho más profundo, se deberá trasladar al resto de la compañía.

Y, por último, basándonos en nuestra experiencia, otra clave para la transformación agile, es el cambio organizacional, es decir, ¿cómo adaptamos la estructura de nuestra a empresa, tradicionalmente basada en jerarquía y control, a este nuevo paradigma, que recordemos, está basado en equipos orientados a productos y/o clientes? En este punto, puede haber varias aproximaciones, pero una de las que nos gusta más, es la que propone John P. Kotter en su libro XLR8 (Accelerate – resumen), donde indica que necesitamos un sistema operativo dual, uno jerárquico, orientado a la gestión de la empresa (funcional) y otro basado en redes colaborativas, flexibles y fácilmente adaptables, orientado al desarrollo del flujo de valor de la compañía, o hablando de manera clara: productos y clientes. Para que tengáis una idea más clara, el framework de escalado ágil SAFe lo ilustra de esta manera:

La creación de esta red de equipos ágiles orientados a entregar valor lo antes posible es vital y debe estar alineada con la estrategia de la compañía. Muchos de estos equipos pueden ser independientes, pero lo normal es que estén relacionados y existan dependencias. Por ello, el mindset Agile es primordial, para que todos los equipos puedan colaborar de manera natural en pos de los objetivos marcados. A partir del portfolio, los equipos podrán ir desgranando más en detalle el trabajo a realizar, desde lo más funcional hasta llegar a lo más técnico o específico.

 Transformación Agile – Puesta en marcha

Ahora que hemos visto los puntos clave de una transformación Agile, queda lo más difícil, ¿cómo lo ponemos en marcha? Como siempre, no hay una única respuesta que nos dé solución a todo, pero desde nuestra experiencia, hay que diseñar un plan de implantación donde tengamos en cuenta todos estos puntos, donde se analice el caso concreto de la compañía y saber con qué aspectos a favor cuenta y cuáles tiene en contra y que, por tanto, pueden torpedear la implantación, y creednos, os aseguramos que lo harán. Podéis usar algunos de los frameworks ágiles más usados (SAFe, Nexus, LeSS), pero sobre todo que seáis acompañados por profesionales y coaches expertos en la materia, dado que un cambio de este calado, necesita soporte y ayuda sostenida en el tiempo. 

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